Editorial Ukamau: “Chile: entre la agonía del piñerismo y el nacimiento de una nueva Constitución y un gobierno democratizador” Lunes 17 de Enero 2022

Promediando el mes de enero, en pleno periodo estival, los contagios por Covid 19 han vuelto a crecer exponencialmente. Durante las fiestas de fin de año de 2021 el promedio de contagios apenas superaba los 1000 casos diarios. En la última semana, en cambio, pasamos de 3.000 a cerca de 10.000 casos por día, de 30 a 40 fallecidos cada 24 horas en promedio, y de 3,8% a 6,9% de positividad PCR. El gobierno ya anunció que no volverá a las cuarentenas ni cierres de fronteras. La vacunación y el distanciamiento físico parecen ser las medidas concretas que acompañaran estas vacaciones. Se debe tener presente que el 70% de los nuevos casos detectados corresponde a personas que no se han vacunado todavía. Como se puede ver, la pandemia se niega a dejarnos, y es muy probable que siga siendo un asunto relevante en el periodo de instalación del gobierno de Boric.

A propósito del presidente electo, estos días se le ha visto cercano a las personas, incluso estableciendo una relación directa con ellas. No son pocos los casos de individuos que le han entregado regalos y cartas personales. Esta relación cercana que comienza a surgir con la nueva autoridad contrasta notablemente con el distanciamiento que existe con el saliente gobierno de Sebastián Piñera.

En este breve momento de transición restante (2 meses) sería esperable que el gobierno saliente comience a traspasar el poder para permitir un cambio armónico en favor del país. Pero, como sabemos con Piñera siempre se puede esperar lo peor. A semanas de entregar el poder licitó a empresas privadas -en contradicción con el Parlamento y la Convención- parte de una de las principales riquezas del país: el Litio. Esta maniobra político-comercial recuerda los negocios de última hora del fin de la dictadura de Pinochet.

En la misma dirección Piñera puso urgencia al proyecto de Pensión Garantizada Universal ($185.000 pesos de jubilación asegurada para mayores de 65 años, que sean parte del 80% más pobre del país), pero sin una fuente de financiamiento clara. Otra vez llega tarde y mal. En cualquier caso, de aprobarse, debería sostenerse económicamente en un impuesto a los súper ricos. Una situación similar ocurre con la insistencia del proyecto de integración social y urbana. Ofrece ampliar facultades al Minvu en favor del acceso al suelo para vivienda social, pero dentro de los marcos del modelo económico y político vigente y actualmente en crisis.    

La previsión social, la vivienda, y otros temas fundamentales para las grandes mayorías se están abordando estructuralmente en las iniciativas de norma constitucional en la Convención y se enfrentaran coyunturalmente a través de las políticas públicas del nuevo gobierno. No tiene sentido “mejorar” las normas, leyes o políticas moribundas de Piñera y la Constitución de 1980.

De las iniciativas populares de norma constitucional que ya alcanzaron las 15.000 firmas, la mayoría se centra en temas llamados “valóricos” (aborto, religión, educación, marihuana). La “nueva” agenda centrada en los derechos medioambientales, de género, regionales y libertades individuales nos parece importante, necesaria, pero insuficiente si no es acompañada por transformaciones en el ámbito económico y social. Por ello destacamos también la norma que busca nacionalizar las empresas de la gran minería del cobre, litio y oro (N° 5.602) y la iniciativa popular de norma sobre el derecho a la vivienda (N° 41.126) que establece cuatro puntos clave para la democratización del país: Universalidad del derecho, organismo público con facultades, función social de la propiedad del suelo y participación vinculante de la ciudadanía. Esta propuesta cuenta con el respaldo transversal de constituyentes, una amplia articulación nacional de movimientos sociales populares y de la ciudadanía en general que ha firmado masivamente en su apoyo.

En síntesis, mientras la opción autoritaria neoliberal naufraga políticamente, la salida democratizadora a la crisis se consolida. Sumada a los cambios culturales en curso, las transformaciones económicas en favor del pueblo deben ser una prioridad en esta coyuntura, tanto en la Convención como en la configuración del nuevo gobierno.     

Editorial Ukamau
17 de Enero 2021

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