Romper la “burbuja social”

por Administrador(a)

La fiscalía regional de O´Higgins abrió una investigación por cuasidelito de homicidio por la reciente muerte de seis mineros de El Teniente. Por su parte, Sernageomin, Dirección del Trabajo y Codelco también han iniciado investigaciones por estos graves hechos.

Esta trágica situación, originada en una explosión de rocas propia de la faena minera, pudo situar en el centro de la agenda pública las condiciones de trabajo y la seguridad laboral o el riesgo que asumen los trabajadores de la minería y de otras áreas de la economía al realizar sus labores, es decir, pudo servir para revalorizar el trabajo en el marco de los debates presidenciales. Sin embargo, la elite política se mantuvo centrada en sus propios asuntos o intereses.

La derecha se mantuvo en una guerrilla interna por la hegemonía del sector. La caída en las encuestas de Matthei, ha abierto el apetito de republicanos que ahora busca desplazar a la UDI y RN de la conducción del futuro gobierno y parlamento. Si bien en el oficialismo este problema se resolvió con las primarias, igual se observan prácticas elitistas en la configuración del programa, equipos y alianzas.

Esta desconexión de la política con los reales anhelos e intereses populares, ha favorecido el surgimiento de una cultura política e institucional de privilegios y corrupción. Se ha creado una “burbuja social” en la que viven los privilegiados, donde las leyes y la moral se han hecho relativas. Aquí surgen, por un lado, las dirigencias de partidos que no escuchan a sus bases y se reparten entre ellos los cupos y cargos (privilegios) y las burocracias y elites corruptas, por otro. De estos últimos, ejemplos recientes son los casos de tráfico de droga por funcionarios de las fuerzas armadas, la evasión de impuestos del director del SII y el caso de licencias médicas, donde funcionarios públicos las utilizaron para viajar al extranjero o asistir a casinos de apuestas. 

Es imperioso romper esta “burbuja social”, salir de nuestras zonas de confort e ir a defender y disputar cada espacio social a la ultra derecha. Por ejemplo, la elaboración de programa es claramente una oportunidad para vincularse con sindicatos, juntas de vecinos, comités de vivienda, organizaciones estudiantiles y de mujeres, comités de seguridad, clubes deportivos, entre otras organizaciones populares.

Los equipos de expertos y rostros están bien, pero no bastan. La genialidad de los dirigentes es necesaria, pero no lo es todo. Las redes institucionales y la buena gestión en el gobierno central o local se requieren, por cierto, pero no son suficientes por si solas para alcanzar el objetivo de nuestro sector político que, no se limita a administrar el poder, sino que aspira a transformar la realidad, profundizar la democracia y alcanzar la justicia social.

Nuestro proyecto político será con el pueblo o no será. Solo la fuerza social de mineros, pobladores, trabajadores, mujeres… organizada social y políticamente, será capaz de sostener las transformaciones que el país requiere.

¡La transformación social será popular o no será! ¡A romper la burbuja!

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