Para frenar el fascismo: Más protagonismo popular, menos desconexión social 

por Administrador(a)
Marcha de Ukamau con lienzo contra el fascismo en Chile

A 52 años del golpe de Estado, el principal desafío político actual es frenar el avance del fascismo, es decir, de la extrema derecha organizada en torno a las candidaturas de Kast y Matthei. Tanto la UDI como el Partido Republicano se fundaron para reivindicar el pinochetismo dentro de la derecha, esto es, reposicionar el autoritarismo antipopular. Dicho de forma directa, para proteger los intereses del gran capital a costa de los derechos de la sociedad.  

Existe acuerdo en que la defensa de la democracia y los derechos sociales requiere de la reconexión de los partidos progresistas y de izquierda con el pueblo. Sin embargo, la cultura política de los nuevos partidos políticos -nacidos de las movilizaciones estudiantiles- omite el trabajo de base, reemplaza la formación ideológica con formación académica y práctica el elitismo mesiánico.

A medio siglo del golpe, debemos recordar, sobre todo aquellos jóvenes que piensan que la historia partió con ellos, que Salvador Allende, Gladys Marín y tantos otros, fueron parlamentarios que se vincularon de forma orgánica y permanente con los sectores populares, defendieron y representaron los intereses de trabajadores, pobladores y campesinos. 

Los nuevos partidos progresistas no pueden pretender que su vínculo con los sectores populares organizados se reduzca a una conducción política, con foto, pero sin voz ni voto, es decir, a una relación bastante cercana a la instrumentalización política o suplantación histórica.

Ponerse a la cabeza de la marcha de los sectores populares organizados no puede ser una imposición, no se puede forzar. El pueblo organizado no es masa inorgánica, número o retaguardia que asegura “calle” o una foto bonita a otros.   

La organización política del pueblo necesaria para frenar el avance del fascismo surgirá en la militancia, de la formación ideológica, del proyecto colectivo, de las asambleas de mujeres pobres que se organizan por sus derechos, de una relación fraternal y honesta entre “lo social” y “lo político”, y no de la soberbia, la suplantación e instrumentalización… en fin, del vanguardismo mesiánico.

En la campaña presidencial y parlamentaria, el Ukamau se pondrá del lado de las candidaturas que busquen representar genuinamente a los sectores de trabajadores y populares.

A 52 años del golpe:

Del lado correcto de la historia, Ukamau es pueblo trabajador

Ukamau – Chile

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