Si hemos llegado hasta aquí ha sido gracias a la movilización de la sociedad que ha cuestionado la institucionalidad política (democracia sin ciudadanía) y los síntomas económicos del modelo neoliberal. El pueblo es quien ha abierto esta crisis y será él quien señale hasta donde acompañará en la calle el proceso de cambio.
Como movimiento social valoramos como avances el plebiscito de entrada que abre la posibilidad concreta de una nueva constitución redactada por una asamblea constituyente (convención constitucional).
Advertimos que el sistema de elección de los miembros de la asamblea constituyente y el sistema de quorum de sus votaciones pudiese significar una traducción institucional del descontento social en las calles desfavorable para los cambios que el país necesita.
En este sentido señalamos que el avance es insuficiente.
El país requiere de una redistribución del poder económico y político, para terminar con la forma de gobierno oligárquica y la hiper concentración del ingreso, es decir, con la profunda desigualdad política y económica. Esto implica democratizar las instituciones políticas y económicas, rompiendo con ello la exclusión política y económica del pueblo. Para que esto se garantice es necesaria una nueva constitución, vale decir, la nueva constitución no es un fin en sí mismo.
En este sentido, dicha redistribución debe comenzar a materializarse desde ahora, a través de una agenda legislativa corta que permita el mejoramiento de los salarios, previsiones, jornadas de trabajo, valores de productos y servicios, salud y vivienda-ciudad.
Finalmente, ningún proceso de democratización puede realizarse sobre la base de la violación de los Derechos Humanos y la permanente amenaza de la violenta intervención militar. Los crímenes deben ser investigados y castigados, y las policías y fuerzas armadas deben ser reformadas.
No abandonaremos la calle ni la lucha social-institucional. Este acuerdo no cierra el ciclo de movilización, sino que abre la posibilidad de institucionalizar la redistribución del poder económico y político. Todavía se debe garantizar que la elección de los miembros y el sistema de quorum de la asamblea constituyente permitan realizar los cambios democratizadores que el país necesita. Hemos llegado hasta aquí gracias a la movilización de la sociedad, ahora ésta debe sumar a la protesta la propuesta.
UKAMAU
15 de Noviembre 2019