Editorial Ukamau: “Luego de esta primera victoria: agenda corta para abordar la crisis y prefigurar el cambio constitucional” – 26 de Octubre

Ayer, 25 de octubre, 7,5 millones de personas fueron a las urnas, el 78% de ellas votó por el fin de la Constitución de Pinochet/Lagos, pilar del modelo neoliberal, y por dar inicio a un proceso constituyente a través de la opción más democrática posible, la Convención Constitucional. En otras palabras, ayer se registró la participación electoral más alta en la historia de Chile, donde la ciudadanía señaló con absoluta claridad que el país debe iniciar un proceso de cambios democráticos profundos.

En la capital, los sectores populares aumentaron su participación electoral en más o menos un 10% con relación a 2017 y votaron por la opción Apruebo / Convención Constitucional en cerca del 87%, es decir, casi 10% más que el promedio nacional. Mientras que, los sectores de altos ingresos (Las Condes, Barnechea y Vitacura) mantuvieron su nivel de participación y optaron mayoritariamente por el rechazo a los cambios. En comunas de ingresos medios como Ñuñoa y La Reina la participación también mantuvo su nivel, pero la opción elegida por amplia mayoría fue el Apruebo. Vale decir, estamos ante una mayor participación política del pueblo, principalmente de los sectores populares, en favor de los cambios.

El conflicto entre oligarquía (20%) y pueblo (80%) se ha vuelto a manifestar. Los primeros buscan evitar que los cambios reduzcan sus privilegios y los segundos pujan por modificaciones que terminen con los abusos, injusticias y desigualdades que los afectan, esto es, por una profundización democrática.

En este nuevo escenario el camino debe ser retomar la agenda corta o cambios económico-sociales en beneficios del pueblo. Por ejemplo, una reforma tributaria redistributiva, esto es, aplicar un impuesto al 1% más ricos del país para financiar derechos sociales a la ciudadanía.

No es posible que luego de un año de manifestaciones y crisis política permanente, la mayoría de los trabajadores, que tienen salarios insuficientes ($400.000) por lo que están obligados a endeudarse, siga financiando los costos de la crisis económica con sus ahorros para la cesantía o jubilación, mientras las grandes empresas siguen acumulando riquezas a costa del Estado y estos mismos ahorros previsionales a través de las AFP.

Estos cambios en el corto plazo (2020) deben prefigurar las trasformaciones que el proceso constituyente (2021) institucionalizará en la nueva Carta Magna (2022). Vale decir, agenda corta hoy que dé inicio a los cambios de fondo que la Nueva Constitución deberá garantizar mañana.

Los sectores políticos que levantaron la opción del rechazo señalaron que estaban dispuestos a realizar reformas ahora, por lo que el cambio constitucional era innecesario. Los partidos de la ex Concertación han “descubierto” la desigualdad y el abuso (que no pudieron ver mientras eran gobierno) y han señalado que es tiempo de ponerles fin. Entonces, es posible dar inicio a estos cambios urgentes que afectan “el bolsillo” de la gente. En este sentido, las extensas jornadas laborales y bajos salarios deben ser un tema central a resolver ahora. El Código Laboral de la dictadura sigue vigente e impide a los trabajadores negociar de forma efectiva sus condiciones de trabajo y remuneraciones.

Por lo anterior impulsamos una reforma tributaria y reforma al código laboral para responder ahora a los problemas sociales y prefigurar el nuevo orden constitucional. De igual forma se debe abordar el urgente problema habitacional y de desigualdad urbana. En los próximos días, más de 400 familias de Ukamau se instalarán en sus nuevas viviendas en el Barrio Maestranza I. Este hecho es evidencia de que la conquista social, luego de años de organización y lucha, es posible. Una reforma urbana que democratice la ciudad permitiría transformar esta conquista parcial en política pública.

Por último, el 80% de la sociedad ha optado por el camino de los cambios democratizadores, si el 20% los bloquea (derecha) o los hace estéril en lo real (ex Concertación), se producirá una crisis de expectativas de dimensiones incalculables. La Convención Constitucional no solo debe tener “rostros nuevos” también debe integrar a los segmentos del pueblo que hasta ahora han sido excluidos de las grandes decisiones.

Editorial Ukamau
26 de Octubre 2020

PD: En Foto adjunta, cifra de resultados del Servel al Lunes 26 de Octubre 19.00 hrs correspondiente al 99,85% de mesas escrutadas.

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