Artículo de opinión publicado en Elsoberano.org
La dirigenta y candidata a convencional por el distrito 8 sostiene que el “Estado Neoliberal de Chile” muestra su peor cara en materia de vivienda y ciudad. Especulación inmobiliaria y precariedad exacerbada por la pandemia han instalado una verdadera bomba de tiempo que, por lo visto, parece cerca de explotar.
“Esta es una crisis tan grande, una crisis que lleva incubándose y arrastrándose tanto tiempo, escondiéndose tantos años debajo de la alfombra, que ahora que la vemos detonando producto de la pandemia podría perfectamente provocar un segundo estallido social”. Así de categórica es Doris González, dirigenta social de Ukamau y candidata a convencional por el distrito 8, ante la consulta referida a la profundidad de la crisis habitacional y territorial en Chile, una que se torna más patente conforme se suman las tomas y desalojos de quienes no encuentran un techo para vivir.
Doris González afirma que en materia de vivienda y territorio el “Estado Neoliberal de Chile” muestra su peor cara. “No sólo es un Estado que toma palco para favorecer el negocio, sino que su sistema de postulación abona la cultura de la competencia. Entonces vemos que familias pobres compiten con otras familias pobres, un comité pelea con otro comité, y entonces surgen y se instalan mentiras como que a los migrantes les entregan casas en detrimento de los chilenos, cosa que es mentira, ya que las familias extranjeras que reciben subsidios son menos del 10%”, agrega.
“Pero el problema afecta no sólo a los sin techo, sino que también a muchos con techo que ven cómo se les dificulta pagar el arriendo, o que bien ven cómo sus entornos se ven degradados porque no fueron pensados para el bienestar de las familias. A ello sumemos el hacinamiento. Los precios están desbocados porque hay demasiada especulación, una burbuja enorme, y eso es porque el Estado no interviene regulando el valor del metro cuadrado ni siendo más activo en la construcción de buenas soluciones habitacionales”, señala enseguida la dirigenta: “En Chile se estima que faltan a lo menos 500 mil viviendas. Muchas organizaciones veníamos diciendo que esta política pública no daba abasto, que era insuficiente, porque no es solución de nada enfrentar un problema desde la perspectiva cuantitativa y numérica, dejando de lado lo cualitativo”.
Doris González sostiene que el enfoque del Estado chileno, siempre neoliberal y subsidiario, debe variar en 180 grados. “El Estado, a través del Serviu, sólo se limita a entregar subsidios, un voucher, y nada más. Y tener un subsidio tampoco significa que vaya a tener una vivienda, sino que sólo es un paso más dentro de un proceso tortuoso que puede durar en promedio 15 años. Sin duda el Estado debe jugar otro rol y me parece que este tema será clave en la Convención Constituyente. Esto no significa que tengamos que convertir en propietario a todo el mundo, sino que en un trabajo más integral que involucre a los ministerios de Vivienda, de Obras Públicas, de Desarrollo Social, en fin. Cómo puede ser que en un año se hayan entregado apenas 7 mil subsidios en circunstancias que los solicitantes fueron 213 mil”, agregó.
Según la dirigenta de Ukamau, “el Estado no puede tomar palco y ver cómo la gente se las arregla con los bancos y las inmobiliarias, ni quedarse mirando cómo suben y suben los precios, el metro cuadrado y los arriendos, cómo las inmobiliarias se benefician de la extensión del Metro, ni hacer absolutamente nada cuando las empresas construyen edificios hiperdensos, mal llamados guetos verticales”. Y agrega: “Un Estado debe ser activo en esta materia porque no hablamos de cualquier cosa. La vivienda está a la base de los grandes problemas sociales que tenemos, y se enfrenta incluyendo a las comunidades, que deben jugar un rol en la creación de barrios de calidad tal y como lo hicimos nosotros y nosotras en Estación Central”.
“Ahora mismo, la segunda etapa de nuestro proyecto, que ha de beneficiar a 198 familias, sigue inconcluso”, concluye.